El mal del sueño se extiende por toda la población mundial, sin ser letal, ni siquiera generando muchas víctimas, aunque de un modo inexplicable.
Una tras otra, las víctimas del mal caen dormidas, sin más, y no son capaces de despertar.
Una casualidad permite enviar a una viajera a visitar a los durmientes al lugar que están soñando, e incluso a poder rescatarlos, dentro de un sueño común a todos, que tiene por el escenario al Mundo de Ángela.