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Este relato comienza como una novela y acaba con un conmovedor réquiem en memoria del pequeño franciscano, que hizo amigos entre todos los hombres. Al despedirse, camino de la deportación a un campo de concentración en 1939, Maximiliano Kolbe dijo a sus compañeros franciscanos las palabras que dan título a esta obra: "No olvidéis el amor". Partiendo de documentos inéditos, el autor relata con maestría las aventuras y el final heroico de un joven polaco de familia muy pobre y que provocaba la admiración de sus maestros por las muchas dotes que poseía. Lo vemos encaminado hacia una gran carrera de ingeniero o de inventor. Pero escogió la vida religiosa "para convertir la tierra entera". Su fe, su fuerza y su energía llenaron de éxito todas las empresas que emprendió. Poco antes de la última guerra, dirigió una verdadera "ciudad mariana", el convento mayor del mundo -setecientos franciscanos- y una enorme imprenta con treinta y tres rotativas, que editaba trece publicaciones, la principal de las cuales tiraba un millón de ejemplares. Llegó hasta el Japón, en donde, sin dinero y sin conocer el idioma, en el plazo de un mes organiza el lanzamiento del mayor diario católico japonés. Durante el régimen nazi fue detenido y deportado a Auschwitz. En este campo de la muerte prosiguió su labor y continuó brindando su fortaleza a los demás. Murió en 1944, ocupando el lugar de un compañero condenado a morir de hambre, tras catorce días de terrible agonía. Juan Pablo II lo proclamó santo y mártir, el 10 de octubre de 1982. André Frosard nació el 14 de enero de 1915, à Colombier-Châtelot (Doubs) en una familia protestante por la rama materna y una abuela judía por la rama paterna. Su padre, que había sido secretario general del partido socialista con 28 años, fue elegido a los 30 años primer secretario general del Partido Comunista francés. André Frossard se convirtió al catolicismo, por una gracia especial de Dios, el 8 de julio de 1935, cuando entró en la capilla de las religiosas de la Adoración, en la calle Ulm de París. Tras la movilización militar, participó activamente en la Resistencia y fue detenido por la Gestapo en Lyon el 10 de diciembre de 1943, e internado en el barracón de los judíos de Montluc. Fue uno de los siete que logró escapar de allí. Setenta y nueve de sus compañeros de barracón fueron asesinados en Bron el 17 de agosto de 1944. Periodista de gran prestigio, fue redactor jefe de Temps présent, y participó en la fundación de Le Monde. También fue redactor jefe de L'Aurore, de Nouveau Candide, cronista de Point, editorialista de Paris-Match, etc. En 1990 había escrito alrededor de 15.000 artículos. Era miembro de la Academia Francesa. Entre sus libros más conocidos, además de las entrevistas con Juan Pablo II, se encuentra el famoso relato de su conversión: "Dios existe, yo me lo encontré", que ha tenido un gran éxito editorial, con numerosas reediciones. Falleció el 2 de febrero de 1995.