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¿Quién puede parar el avance de las drogas sintéticas? Nadie, porque la química va más rápido que la ley.Todo empieza bien, como siempre empieza lo que acaba mal. Un gobierno legaliza la producción y comercialización de drogas sintéticas con la esperanza de multiplicar sus fines médicos. Al otro lado del mundo, un científico ambicioso descubre ahí un resquicio para lucrarse. La grieta se multiplica, las reglas del juego cambian. Es lo que ha ocurrido en silencio durante los últimos seis años: drogas nuevas e imposibles de rastrear están llenando las calles y fiestas de decenas de países y han provocado la mayor crisis de opiáceos jamás vivida.En este espectacular ejercicio de investigación, Ben Westhoffáse infiltra en un mundo enigmático para desentrañar qué hay detrás de cada pastilla. Desde pequeños camellos que usan la Deep Web a grandes barones de la droga en Nueva Zelanda o fábricas chinas que producen continuamente sutiles variantes de compuestos prohibidos, Westhoff desvela la red de tráfico global que se repite día tras día. ¿Quién puede parar esta pesadilla para los prohibicionistas? Nadie, porque la química va más rápida que la ley.