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El libro de Kackzorowski demuestra hasta qué punto el Régimen de Franco se entendió a sí mismo como anticomunista. Primero fue en su apoyo a la Alemania de Hitler en su lucha contra la Rusia de Stalin (División Azul), y ya en 1943, en sus intentos de aproximación de los Aliados al objeto de que se interaccionasen con el Reich para frenar una hipotética (luego, real) sovietización de parte de Europa. Y ello, hasta el punto de llegar Franco a interactuar con Franz von Papen al objeto de proceder contra Hitler, y lograr con ello, una Alemania "aceptable" a ojos de los Aliados. Y todo con la vista puesta en Moscú, la capital del país que había defendido a capa y espada a la Segunda República contra la España que él, Franco, pretendía y que, finalmente, logró, no sin un vertido brutal de sangre. Por tanto, pocos tan "anticomunistas" (no sólo de palabra, sino también de hecho) como Franco. Ello explicaría su empeño, al ver fracasar sus dos iniciativas (División Azul y ?Plan D?), en generar una vía de contención a Rusia: la confguración de un bloque antisoviético de Estados occidentales. No hace falta decir que tal intento también se vio abocado al fracaso.Al margen de este núcleo central de aspectos, el libro también refere elementos colaterales, pero de gran valor histórico, cual fueron la Guerra Germano-Polaca de 1939 y la Guerra Ruso-Finesa de 1940. En la primera, Alemania, y en la segunda, la Unión Soviética, fueron protagonistas, en el marco de "su luna de miel", que quedaría destrozada la madrugada del 22 de junio de 1941, y que vería su epígono con la ocupación soviética de Berlín y la rendición alemana. Pero antes, Kaczorowski nos sitúa ante la impotencia de la diplomacia española (Franco llegó a escribir a Churchill -no en vano en su día se había manifestado como ardiente anticomunista-) frente al hundimiento de Alemania y al avance del Ejército Rojo.Gobiernos, diplomacias y personas se conjugan, por tanto, en el libro y hacen de él no solo un trabajo de gran calado sino también una obra necesaria.