Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
«Volpi se quita la máscara y se muestra como un ser humano vul nerable al manejar recuerdos [...] de su niñez y adolescencia.» Agencia EFE «Un libro desgarrador a momentos, sobre la rigidez y la rebeldía, [...] el dolor y la indiferencia, en clave íntima.»Vanguardia (México) Mi padre murió el 2 de agosto de 2014. Él nos había contado que, cuando murió su madre, guardó un año de luto en el que jamás dejó de usar una corbata negra. Yo decidí volver mi luto literario y dediqué el 2015 a un libro que me permitiese recordarlo. A lo largo de diez meses escribí diez ensayos: atendiendo a su condición de cirujano, al inicio solo sabía que cada uno de ellos debería hacer referencia a una parte del cuerpo, así como a sus metáforas culturales y políticas. El libro más íntimo que he escrito se convirtió también en un examen público: una autopsia de nuestro país, con especial énfasis en la guerra contra el narcotráfico, o los problemas derivados de la migración. Estas páginas aspiran a ser una memoria de mi padre y de mi relación con él, una divagación en torno al cuerpo y a nuestro degradado cuerpo social y, en última instancia, un réquiem por este país mío, suyo, nuestro, atestado de fantasmas y cadáveres. Jorge Volpi