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La exposición Embrujo. Los mundos de Miguel de Molina quiere dar a conocer la vida y el arte vanguardista de una gran figura de la cultura española, desde sus inicios en los años treinta en Madrid hasta su retirada de los escenarios en 1960, en Buenos Aires, donde vivió exiliado. Nacido en Málaga en 1908, Miguel de Molina alcanzó el éxito renovando profundamente el género de la copla, no solo porque fue el primer intérprete masculino de un género musical hasta entonces reservado a las mujeres, sino también porque, influenciado por grandes nombres de la cultura de la época (como Antonia Mercé, Rafael de León, Manuel de Falla o Federico García Lorca), concibió representaciones vanguardistas que fascinaron por su audacia y modernidad. Más allá de esta imagen, muy presente en el imaginario colectivo, la originalidad de Miguel de Molina radica en su concepción plural de la creación artística: Molina, cantante de coplas y bailaor, también imprimió su sello en toda la dimensión artística de sus espectáculos, al ser a la vez director de escena, coreógrafo, escenógrafo, diseñador de vestuario y arreglista, y al controlar él mismo la producción y comercialización de sus espectáculos. Asimismo, su archivo revela que fue un poeta, novelista y diarista de una gran envergadura intelectual.