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Augusto Agero (Madrid, 1880 - París, 1947), escultor hoy casi olvidado, pertenece a esa generación de artistas españoles que, a principios de siglo, llegó a París, entonces capital del arte.Amigo de Picasso, con el que coincidió en la Escuela de Pintura de Madrid, Agero ocupará, al igual que el malagueño, una vivienda-taller en el edificio conocido como el Bateau-Lavoir, desde donde contribuirá a la génesis de una escultura de tipo cubista, inspirada en la escultura ibérica y el arte africano.Como participante en las distintas exposiciones cubistas, Agero será considerado por Apollinaire como uno de los principales escultores cubistas, junto con Duchamp-Villon, Archipenko y Brancusi.vo paradigma emergente: el paradigma de la complejidad. A partir de los nuevos conceptos que articulan este paradigma, el autor hilvana un extraordinario relato en el que se revelan las profundas relaciones (relaciones sistémicas) entre la arquitectura y los diferentes niveles de organización vital: de la célula a la moderna sociedad red. Se trata, pues, de una síntesis teórica radical. Radical, no en el sentido extremista del término; radical porque atañe a la misma raíz (radix), a los verdaderos fundamentos, de la arquitectura. Estas páginas son también un antídoto contra una de las características ùa menudo perversaù de nuestra moderna sociedad especializada: la fragmentación y la parcelación del saber. Ante una realidad que se hace cada vez más compleja necesitamos, hoy más que nunca, construir visiones integradoras que nos ayuden a orientar y clarificar nuestras formas de pensamiento y de acción. Este es el reto que aquí afrontamos ya que la complejidad es inagotable. Así que esperamos que el lector acepte esta invitación como un desafío.