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«La España de Mérimée» tiene mala imagen al sur de los Pirineos, y de hecho es una expresión que sirve para aglutinar todas las españoladas difundidas por los románticos franceses (alcaldes, toreros, gitanos, cigarrerasà). Sin embargo, lo cierto es que España ocupó un lugar esencial en la vida del autor de Carmen, por la constante atracción que ejerció sobre él y por el volumen y la variedad de las obras que le inspiró. Por ello, son varias Españas y no una las que aquí se nos ofrecen: la España de fantasía que Mérimée imaginó antes de 1830 en su Teatro de Clara Gazul; la España que descubrió y recorrió durante su primer viaje; la España recreada en Las almas del purgatorio y Carmen; la España cuyo pasado estudió en sus obras de erudición y cuyos cuadros copió durante sus visitas al Prado; la España de Isabel II, de cuyas vicisitudes dio cuenta en su Epistolario. Cada una tiene su color propio y su interés, pero ninguna se reduce a los tópicos cuya paternidad le fue atribuida. Esto es lo que el presente libro, profusamente ilustrado, aspira a mostrar.