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Los venenos son protagonistas silenciosos en las novelas de Agatha Christie, sustancias letales que desatan misterios perfectos con síntomas desconcertantes y muertes que desafían tanto a detectives como a lectores. Una dosis mínima bastaba para tejer tramas magistrales donde la toxicología se convertía en el arma narrativa definitiva.Kathryn Harkup, química y divulgadora científica, nos adentra en este fascinante universo donde la ciencia y el crimen se encuentran. A través de catorce capítulos cautivadores, examina las sustancias venenosas que Christie empleó en sus obras más célebres, revelando su composición química, los efectos devastadores que provocan en el organismo y su papel en crímenes reales a lo largo de la historia.Cada veneno cobra vida en estas páginas: desde el cianuro hasta la estricnina, la disponibilidad de estas sustancias en la primera mitad del siglo XX hasta los métodos de detección forense. La autora desvela casos criminales reales que inspiraron a Agatha Christie y demuestra cómo no solo dominaba el arte del suspense, sino también los fundamentos científicos que dotaban de verosimilitud a sus enigmas más elaborados.Historia, ciencia y literatura se entrelazan magistralmente en un relato que revela cómo la toxicología, lejos de ser un mero recurso narrativo, se convirtió en la clave del realismo y la tensión de las tramas de la reina del crimen.