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Última frontera es una cautivadora novela histórica que ubica la acción en la Baja Andalucía de mediados del siglo XV.: Pedro, un muchacho huérfano que vive en Córdoba acogido por unos monjes, conoce la convocatoria que hace el Señor de Marchena, don Juan Ponce de León, para poblar las tierras de su señorío, cercanas a la frontera de poniente con el Reino de Granada. Con la cabeza llena de quimeras, lo deja todo y se marcha con la recua que sale de Córdoba en 1438 en dirección a Arcos. Empieza así una vida llena de altibajos y desventuras. Con apenas catorce años se encuentra en Aznalmara, justo en la raya, donde la vida es un continuo sobresalto por las cabalgadas que se cruzan los pobladores de los dos lados de la frontera. Luchando por subsistir, ignorante, sin familia en la que ampararse, en medio de lobos, Pedro se siente como navío a la deriva, sin rumbo preciso, sin saber qué vientos van a soplar y a dónde van a arrastrarle, como animal acosado en busca de refugio para seguir respirando, para sobrevivir un día más. Sólo el temor a la muerte consigue que siga adelante esquivando las trampas de la parca, las plagas, los moros, el hambre, las alimañas, preguntándose cada día por qué cambió la dulzura del pasar de las estaciones en el bien guarnecido valle del Guadalquivir por las agrestes soledades de la frontera serrana. En su destino se reflejan las grandezas y miserias de una época en la que los colonos de Andalucía constituían una muralla de hombres con los que proteger la frontera, pues eran los hombres y no las piedras los que defendían a los reinos cristianos españoles del acoso africano.