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En el centro de la plaza existe un templete donde toca la banda los domingos. Lo rodea una escalera de hierro negro. No hay ventanas ni puertas en la parte baja del kiosko. Nadie sabe lo que hay dentro de aquel mausoleo del amor. Si uno se arrima a los muros se oyen rumores de aguas profundas. Algunos dicen que son las aguas donde Venus refrescaba las carnes del amor. Otros cuentan que en los bordes de esa fuente hacía el amor Don Juan con las doncellas cándidas, y derramó en las aguas los jugos del amor. También cuentan que la sangrienta condesa lavaba sus manos después de dogollar a las doncellas para bañarse con su sangre... Nadie sabe de dónde manan esas aguas rumorosas, ni qué se encuentra sepultado en ese mausoleo del amor. Si alguién se arrima a las paredes oye historias de amor increíbles. Allí dicen que bebieron las eternas amadas Julieta, Margarita o Beatriz. Quedan muchas historias ocultas en sus ondas que aún nadie ha escrito.