Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Vivimos tiempos convulsos. Y, sin embargo, en la sociedad de nuestros días, moderna y avanzada, ociosa y cómoda las más de las veces, no existe el amparo de los ideales ni se realza ningún proyecto de progreso moral ni de sacrificio o trabajo. Todo ha sido asumido por un inmenso relativismo moral, sin entender que lo ecuánime y lo justo no es precisamente lo igualitario».No obstante y pese a todo, la vida y la condición humana tienen su base en la reivindicación de libertades en un único ideal humanista que no es otra cosa que una civilización de justicia, respeto y responsabilidad. Y esto bien lo sabían Nietzsche, Zweig y Camus. Fueron ellos tres espíritus libres que, en la época moderna ?que no tan lejos queda de la nuestra?, se enfrentaron a los excesos del racionalismo desde muy diferentes concepciones de pensamiento: Stefan Zweig, víctima de la guerra y del racismo; Albert Camus hombre brillante y valeroso que, tras enfrentarse a las dictaduras y a los totalitarismos, se dejó la vida en un desgraciado accidente, y Friedrich Nietzsche, quien, aun sindo el espíritu más clarividente de la modernidad, que se volvió loco y murió en las alambradas, de la desmemoria y del absurdo.Por ello Mauricio Wiesenthal, como siempre clarividente y racional, delicado humanista y libre pensador, con pulso firme y mente lúcida, nos reúne los esbozos más profundos y literarios de sus tres vidas en esta Sonata humanista, en símbolo poético, en un pentagrama de espinos.