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Situada casi en las antípodas del escenario que dio origen al proyecto moderno, Singapur se erige sorprendentemente como adalid triunfante de la estrategia de la vivienda moderna. Quizás por la confluencia con el autoritarismo y la mentalidad asiáticos, esta isla y ciudad-estado del sureste asiático ha adoptado sin escrúpulos el programa mecanicista y racionalista de la modernidad hasta configurar una demoledora 'metrópolis potemkin'. Rem Koolhaas narra en este libro la crónica de la renovación urbana de Singapur desde que Lee Kuan Yew tomara en 1959 las riendas del primer gobierno autónomo de la ex colonia británica y emprendiera el proyecto de desarrollo de la isla auspiciado por las recomendaciones de la ONU. Un proyecto que pasó por hacer tabla rasa de las preexistencias y cuyo programa gubernamental fue acompañado de encuentros y desencuentros con el colectivo arquitectónico, como el movimiento metabolista representado por figuras como Fumihiko Maki o la intelectualidad de Singapur agrupada en el Singapore Planning and Urban Research (SPUR). Tildada posteriormente de 'caricatura repulsiva' y 'orgía de vulgaridad eurasiática', la experiencia de Singapur, sin embargo, no fue excepcional, sino que se configuró como un patrón arquetípico que, como apuntó Koolhaas en este ensayo premonitorio, estaba preparado para extenderse por toda Asia: 'Su modelo será el sello de la modernización de China. Y dos mil millones de personas no pueden estar equivocadas'.