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Sangre y diamantes Jason Cox no es bueno ni malo; simplemente, exigente y ambicioso. Es por lo que, con el dinero guardado de su antigua profesión, se planta ante el señor Coleman, una de las mayores influencias estadounidenses, y le ofrece una oferta de negocio que no podrá rechazar: el tráfico de diamantes de sangre. Lo que no imagina es que la más preciada joyita la tiene su socio metida en casa, con un cabello dorado y una mirada del color del cielo. Adriana Coleman es una niña mimada a base de caprichos con precios indescifrables, pero carente de lo único que ha ansiado siempre: el amor de sus padres. Muestra una apariencia conformista, pero en realidad es astuta y rebelde a espaldas de todos. Jason hará lo que esté en su mano para que su planteamiento de negocio llegue a lo más alto. Cueste lo que cueste. Arrastre a quien arrastre. Adriana, totalmente opuesta a esa masacre, luchará con uñas y dientes para destruir los planes de su padre. ¿Qué ocurrirá cuando Cox descubra los plan