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Si bien es cierto que hubo otros críticos, anteriores y coetáneos, suele considerarse a Denis Diderot (1713-1784) como el fundador de la crítica del arte. Sus Comentarios a los salones fundan un género destinado a ocupar un puesto central en la cultura estética contemporánea. No fue una casualidad: Diderot estaba profundamente interesado en las artes plásticas y, además, gozaba de una formación gracias a la cual podía encararse con las obras concretas desde posiciones bien definidas. Con ser todo esto importante, quizá lo sea más su «capacidad para ver» y su preocupación por anotar literariamente lo que veía, su deseo de transmitir del modo más claro y completo posible tanto lo percibido cuanto los sentimientos y emociones suscitados por las obras. El Salón de 1767 es, quizá, el importante de los salones que Diderot escribió. Algunos autores dicen que es el más filosófico de todos, pero ello sólo es verdad si incluimos dentro de lo «filosófico» esa nitidez de la visión y el acierto y seguridad de los juicios. Con el Salón de 1767 iniciamos una edición que pretende poner al alcance del lector en lengua castellana la totalidad de los ensayos de estética y arte de su autor. El Salón de 1767 ha sido traducido por Lydia Vázquez, experta en literatura francesa, que ha añadido una extensa introducción, un riguroso y conciso aparato crítico y una breve Enciclopedia de términos estéticos.