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Los recientes acontecimientos de Palestina, desde la previsible victoria electoral de Hamas hasta la no menos previsible ruptura entre esta organización y la Autoridad Nacional Palestina, con el telón de fondo de la hostilidad israelí y estadounidense -y el silencio cómplice de la Unión Europea-, hacia el proceso democrático (con sus insuficiencias y errores) palestino, parecen sugerir que no hay salida a la situación del país. Esta obra reveladora pone de relieve el marco de destrucción en que se esenvuelve la tragedia humana del pueblo palestino: político en primer lugar, con la sucesiva eliminación de las posibilidades de lograr soluciones justas a una injusticia primigenia; después geográfico, con la construcción de asentamientos, el troceamiento del territorio ocupado por Israel y la «bantustanización» del mismo, hasta llegar al horror del muro de separación; y por fin, la destrucción económica y ecológica y la depredación de los recursos. Ello explica, al menos parcialmente, el triunfo de Hamas, sobre el que también reflexiona esta obra, y hace más patente la necesidad de arbitrar soluciones que solo pueden basarse en una justicia que parece cada vez más alejada del horizonte político y ético de la comunidad internacional.