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Centrada en el modelo de protección, patrocinio y coleccionismo de las artes de los Habsburgo que gobernaron en España a lo largo del siglo XVI, la presente publicación es una llamada de atención sobre los lugares en los que se desarrolló este patrocinio, mostrando su complejidad y diversidad: desde El Escorial, El Pardo o el Monasterio de las Descalzas Reales, a entornos como catedrales, monasterios o palacios, en principio ajenos al entorno cortesano, pero que se vieron influidos por el mismo o que acabaron siendo receptores de obras de arte que procedían o eran muy dependientes de la corte. Espacios muchos de ellos en los que, además, es difícil delimitar los ámbitos precisos estrictamente profanos o «políticos» de los religiosos y devocionales, como sucede en El Escorial o las Descalzas Reales.Esto lleva a pensar y plantear un «modelo» propiamente habsbúrgico de las artes a lo largo del siglo XVI que muy pronto se vio reflejado en los ámbitos distintos, aunque cercanos, de las cortes y palacios nobiliarios tanto españoles como italianos y de otros lugares de Europa.La recepción de obras de arte y el desarrollo de actitudes en torno a la acumulación de piezas influidas por el pasado grecorromano, tan típico de la época, no solo se vio influido por la importancia de lo clásico y el coleccionismo anticuario, sino también por la importancia de los mundos recién descubiertos más allá del Atlántico.Todo ello hace que categorías estilísticas, como arte de la Edad Media, Renacimiento o Manierismo, así como delimitaciones geográficas, como arte español, italiano o flamenco, aparezcan como insuficientes para explicar muchas obras y actitudes artísticas que tuvieron lugar en Europa, sobre todo en la Europa de las cortes, a lo largo del siglo XVI.