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Una novela satírica, situada en los límites del esperpento, en la que los grandes escritores comparecen como presencias fantasmalesPoblada por personajes estrambóticos, a menudo grotescos, Lo mejor de Europa es una novela satírica, situada en los límites del esperpento, que describe un día cualquiera en una pequeña biblioteca pública de una vieja ciudad anclada en el pasado y reacia a todo progreso. Su protagonista, Andrés, un meritorio sin sueldo, es un muchacho con severos problemas locomotores que pese a su aspecto posee una gran inteligencia, un alma cándida y una memoria prodigiosa. Lector incansable, recuerda todos los libros que ha leído, vive más en la literatura que en la realidad, al modo de Alonso Quijano, y conversa con autores fallecidos cuyas presencias fantasmales recorren el relato. También intervienen varios objetos inanimados ?un ordenador zalamero y vigilante, una escalera con tendencias asesinas, un cuadro cuyos personajes lo observan todo y todo lo juzgan? que al cobrar vida contribuyen a crear una atmósfera entre cómica y alucinatoria. Sumados a las apariciones de escritores célebres, con citas expresas, la novela contiene homenajes implícitos, por lo común en forma de parodia, a pasajes de algunas obras literarias: la cena de Trimalción, por ejemplo, o el descenso del protagonista al infierno dantesco guiado no por Virgilio, sino, de forma más castiza, por don Pío Baroja. Juan Manuel Muñoz Aguirre se acoge a la vieja tradición burlesca de la literatura española, esa que va del Lazarillo a Cervantes, de Juan Ruiz a Valle-Inclán, y muestra, bajo las capas de modernidad y renovación, a menudo aplicadas torpe y apresuradamente, una realidad que remite, por decirlo con palabras de Gil de Biedma, a un viejo país ineficiente.