Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
La ley de 2 de marzo de 1932 representa uno de los hitos más relevantes de la Segunda República. Este periodo de nuestra historia se caracteriza por los esfuerzos destinados a renovar los fundamentos del Estado, finalizar con vetustas convicciones y promover la cimentación de una moral renovada, más acorde a los nuevos tiempos. En este proceso de transformación, la institución de la familia constituyó un elemento clave, al simbolizar el núcleo y esencia de la sociedad. Conscientes de este hecho, las Cortes constituyentes procuraron su modernización, renovando los principios que regían las relaciones jurídicas entre los esposos, y de estos con sus descendientes. En este contexto se estableció el matrimonio civil obligatorio y se instauró, por primera vez, el divorcio en España. La importancia de esta figura jurídica resulta incuestionable, al permitir que cualquiera de los cónyuges pudiese poner fin a su vínculo, desterrando la indisolubilidad que se había atribuido tradicionalmente al enlace marital. La normativa contemplaba dos posibles vías para la referida disolución, el mutuo acuerdo y el proceso contencioso. Además, requería la justificación de alguna de las causas previstas en el texto legal, distinguiendo entre razones de discrepancia objetiva y otras de responsabilidad subjetiva. Sin duda, se trata de una cuestión de interés científico, que merece profundización. La presente monografía está destinada a ahondar en sus entresijos, analizando no sólo su regulación, sino, además, la práctica jurisprudencial, espigando las sentencias promulgadas por la Audiencia provincial y el Tribunal Supremo.