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Francisco de Vitoria, desde su cátedra de Prima de la Universidad de Salamanca, fue un gran renovador de la Teología, acercando los principios de la Escolástica a la realidad y los problemas del tiempo que le tocó vivir: el Renacimiento, época de crisis y descubrimientos. Como jurista de avanzada, hace importantes aportaciones a la ciencia del Derecho; trata de dar solución a las cuestiones que se le plantean, partiendo siempre de los principios de derecho natural. Sus teorías, fundamentadas siempre en una visión universalista y unificadora de todo el orbe, aún están esperando el desarrollo y la concreción en organismos jurídicos necesarios para solucionar los conflictos entre diversos países. Falta todavía un tribunal que tenga competencias reales en el ámbilto internacional para juzgar los crímenes contra los derechos humanos, de acuerdo con los principios del Maestro de Salamanca. En sus comentarios a la " Secunda Secundae " de Tomás de Aquino, referentes a la justicia, trata de esta virtud en cuanto objeto del derecho, y señala como su carácter fundamental la " alteridad " . Lo justo es " dar a cada uno lo suyo " , sin que haya que tener en cuenta el agente o la situación. Según él, el derecho natural es como una fuerza innata en nosotros y no depende de ninguna voluntad humana, sino que es " necesario " , y puede ser conocido con las fuerzas de la razón, con tal de que no se oponga ningún obstáculo, como puede ser una mala costumbre, o la desorientación en el estudio y la educación. Y concluye que tal derecho " no podría ser suprimido sin la autoridad divina " .