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Tatiana Góricheva, dirigente de la juventud comunista y brillante prof esora de filosofía, vivió una etapa atormentada por angustias incompre nsibles y una melancolía sin límites. Sin esperanzas de un futuro mejo r, se refugió en una vida de excesos y en compañía de gente de los est ratos más bajos. Cansada y desilusionada de la vida se interesó por la s filosofías occidentales y orientales y se dedicó al yoga. Un día, re pitiendo mentalmente el Padrenuestro como un mantra de un modo inexpre sivo y automático, se sintió transformada por completo. Comprendió «co n todo su ser que Dios existeà un Dios que por amor se hizo hombre». En este libro autobiográfico, la autora habla del redescubrimiento fas cinante de la Iglesia en la Rusia soviética, a pesar de su persecución . Es una Iglesia que, aún hoy, influye mediante la fuerza espiritual d e sus pastores, capaces de ver en lo más profundo del corazón humano. Un gran testimonio sobre el pueblo ruso, sobre el sentido del dolor y la persecución, que, pese a todo, no puede desarraigar lo religioso. E s también un llamamiento a los cristianos de Occidente para que crean de corazón.