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Benito Pérez Galdós ha sido frecuentemente reconocido como el «gran novelista de Madrid» o el «mejor cronista de Madrid», asociando su obra a la historia y los interrogantes nacionales de España, especialmente a través de sus Episodios nacionales y las Novelas contemporáneas. Sin embargo, su mirada trasciende lo local o nacional, alcanzando un ámbito europeo. El europeísmo de Galdós no solo surgía de su mentalidad liberal y su curiosidad intelectual, sino también de sus profundos conocimientos adquiridos durante sus viajes por Europa y su lectura de la tradición grecolatina, española y occidental. A pesar de que su obra fue menos difundida por la falta de traducciones, Galdós fue leído por intelectuales y escritores de otros países, quienes reconocieron la relevancia de su pensamiento. Como continuador de la tradición española y, a la vez, iniciador del realismo decimonónico influenciado por los grandes realistas europeos, Galdós también vislumbró en sus últimas obras el giro subjetivo e individualista que caracterizó al Modernismo español. Los grandes escritores del siglo XIX, al responder a las preocupaciones de sus respectivos países, crearon un legado común que superó las fronteras nacionales, y Galdós, con su capacidad creativa, desempeñó un papel crucial en ese diálogo intercultural. Su influencia sigue vigente, como lo demuestra el reconocimiento tardío en otros contextos literarios, como en el caso del escritor Joseph Peyré.