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El viaje a España de The ophile Gautier en 1840 le llevo a la escritura de dos libros, uno en prosa, su Voyage en Espagne, muchas veces traducido y publicado, y otro en verso, España, titulado así, en español, con esa eñe que por primera y única vez figuraba en la cubierta de un libro francés. El Viaje lo fue publicando en la prensa por capítulos y la edición definitiva apareció en 1843. España no vio la luz hasta 1845, aunque no en edición exenta, sino integrado en la sección de poesías nuevas de sus Poesías completas, que aún tardarían siete años en redondearse con sus Émaux et Camées (Esmaltes y camafeos). Han tenido que pasar casi dos siglos para que este libro de Gautier, -en mi opinión su mejor libro de versos- como escribió Mañuel Vázquez Montalbán, vea la luz en el país que lo originó. España es una obra insólita y exótica, además de una obra de transición, a caballo de la liquidación del romanticismo y de un gusto por el realismo que acabaría triunfando a su manera con Baudelaire, quien dedicó al maestro Gautier sus Flores del mal.