Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Un día, un obús cae sobre la cola que hay formada frente a una panadería y mata a veintidós personas, mientras el violonchelista lo ve todo desde su piso. Se hace la promesa de sentarse en el cráter que ha dejado el mortero y tocar el Adagio de Albinoni una vez al día, y un día por cada una de las víctimas. El Adagio había sido recompuesto a partir de un fragmento de la última partitura que sobrevivió al bombardeo de la biblioteca de música de Dresden, pero el hecho de que haya sido transformado por otro compositor en algo nuevo y valioso insufla esperanza al violonchelista. Mientras tanto, Kenan se arma de valor para emprender su caminata semanal por las peligrosas calles en busca de agua para su familia, que vive en el otro extremo de la ciudad. Y Dragan, un hombre al que Kenan no conoce, intenta llegar al lugar donde trafica con comida y sabe que conseguirá protección. Ambos están prácticamente paralizados por el miedo, sin saber a qué punto de los puentes y las calles que deben cruzar irá a parar la próxima bala, sin querer hablar con sus antiguos amigos de cómo era la vida antes de que las divisiones se multiplicasen en su ciudad. También está Flecha, el pseudónimo de una diestra francotiradora a quien se le pide proteger al violonchelista de otro francotirador oculto que tiene intención de matarle mientras toca su homenaje a las víctimas. En esta hermosa e inolvidable novela, Steven Galloway ha efectuado un extraordinario e imaginativo salto para dar vida a una historia que habla poderosamente de la dignidad y la peligrosidad del espíritu humano cuando se encuentra bajo una coacción extrema.«Ambientada en el cerco de Sarajevo, en la década de 1990, esta apasionante novela trasciende el tiempo y el espacio. Es una historia universal y un testimonio de la lucha personal para encontrar sentido, gracia y humanidad, incluso en mitad de los horrores más inimaginables», Khaled Hosseini, autor de Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos.