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A lo largo de su vida de escritor, Ramón Carnicer publicó veinticinco libros, a los que hay que sumar uno más editado póstumamente-; fue también un incansable colaborador en todo tipo de revistas y medios periodísticos, y en ellos apareció la mayor parte de las reseñas y comentarios suscitados por sus libros. La aparente heterogeneidad de su obra literaria e investigadora queda corregida por un mismo afán de conocimiento de todo lo que atañe al hombre, a la historia y al mundo, por un espíritu reflexivo y lúcido que le llevó a la no fácil aceptación de lo consabido y por una actitud crítica permanente y un sentido de universalidad propio de quien se sintió, ante todo, ciudadano del mundo, por encima o por debajo de la pertenencia a grupos, razas o naciones. La preocupación por la lengua que manifestó en numerosos artículos, recogidos después en libro, explica el rigor expresivo y el estilo impecable que caracteriza a toda su obra. Tras su muerte, ocurrida un 29 de diciembre de 2007, se hace necesaria la revisión crítica de su legado literario e investigador. Es lo que se propone El viaje de la palabra, título sugerido por un género literario que cultivó Carnicer con ahínco y maestría.