Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
He aquí una narración completa sobre el Terror rojo en nuestra Guerra Civil: la más completa que existe, señala Stanley Payne en su prólogo. Entre julio de 1936 y abril de 1939, alrededor de 60.000 españoles fueron asesinados por las fuerzas políticas y sindicales del Frente Popular. La Guerra Civil española fue un baño de sangre tanto en la España que conoció el Terror rojo como en la que sufrió el Terror blanco. Los crímenes de unos no pueden paliar ni justificar los crímenes de otros. Si se quiere revisar la historia, que se revise toda a la vez. En una narración tan ágil y vertiginosa como objetiva e implacable comparecen aquí todos los grandes hitos: el armamento de las milicias, la caza del hombre, la brutal persecución religiosa, las torturas en las "checas", las ejecuciones multitudinarias, la intervención soviética, el expolio generalizado, los campos de trabajo forzado, la extensión del Terror al interior del propio campo republicano ... La gran pregunta: el del Frente Popular, ¿fue un Terror incontrolado o, por el contrario, obedeció a una decisión política consciente? El banco vencedor juzgó