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Isabel Escudero titula su prólogo «El cantar tiene sentido» porque para ella la poesía es, en esencia, un caso de lenguaje: queja y razón del pueblo, fuente primigenia -común y pública- y agua clara de la que beben los poetas. La autora advierte contra el olvido de esa naturaleza honda de la poesía; defiende y ejercita su uso oral y popular: el recitado en alta voz y el canto. En la voz y las músicas de Quesia Bernabé ha encontrado el cauce vibrante y firme por el que suena la verdad de los versos. En "Cifra y aroma" se asiste al milagro de la poesía viva; la poesía contada y cantada, donde la musicalidad y el carácter rítmico de las composiciones poéticas de Isabel Escudero alcanzan su máxima expresión. La una recita y la otra canta e interpreta con melodía serena y poderosa, frágil y contundente. "Coser y cantar" (1984), "Cántame y cuéntame: cancionero didáctico" (1997), "Cifra y aroma" (2002, 2008), "Fiat umbra" (2008), "Nunca se sabe" (2010), "Condiciones de luna: antología" (2012) y "Alfileres: coplas libertarias" (2014) son algunas de las obras en las que se pueden encontrar los poemas que conforman el repertorio de este libro-disco. Las ilustraciones de Zuzanna Celej son pura delicadeza: acuarelas de sutil expresividad, en las que el color se derrama del pincel con levedad y elegancia.