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Cuando Murray Rothbard escribió Ciencia, Tecnología y Gobierno en 1959, los partidarios del mercado libre tenían que hacer frente a un desafío que aún hoy sigue siendo relevante. En 1957, la Unión Soviética lanzó su satélite Sputnik, derrotando así a los Estados Unidos en la carrera entre los dos países para ser los primeros en el espacio. ¿Demostró esta victoria, o al menos sugirió, la superioridad de la ciencia soviética y de la economía planificada centralizadamente sobre la economía de mercado estadounidense? Los críticos del sistema de libre empresa como John Kenneth Galbraith (uno de los economistas menos apreciados por Rothbard) afirmaron que la investigación y el desarrollo (I+D) científicos requerían la planificación y el control del gobierno. El mercado libre, afirmaban estos críticos, no puede llevar a cabo la cuantiosa investigación que se requiere actualmente. ¿Pudo la empresa privada haber construido la bomba atómica? Hace tiempo que los soviéticos han desaparecido, pero las falacias de los argumentos favorables a la ciencia centralizada siguen hoy vivas. El gasto público en ciencia y tecnología ha aumentado mucho y hoy es mucho mayor de lo que fue en 1959. Este ensayo fue hallado entre los papeles de Rothbard. Pero las circunstancias exactas bajo las cuales fue escrito aún no han visto la luz. Como los lectores pronto descubrirán, su contenido es asombrosamente rico en ideas.