Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Baltasar del Alcázar es un autor ignorado por la crítica literaria ya que no hay muchos estudios acerca de su obra, además de que en su tiempo no tuvo fama ni aun después de su muerte. Probablemente esto sea por las temáticas variadas de sus versos, sin embargo, solo es una suposición. Únicamente existen dos ediciones de toda su obra poética: la de 1910 y otra editada en el 2001, no obstante, la última es de poco acceso. Con respecto al primer libro, este divide las composiciones del escritor de la siguiente manera: poemas de carácter amatorio; festivo, incluyendo sus epigramas; religioso y poesía variada, cuya categoría agrupa algunas epístolas, sonetos dirigidos a Cetina o familiares, enigmas, algunas traducciones, odas y otros tantos de corte mitológico.
En toda su obra, como ya se dijo, Baltasar del Alcázar demuestra una versatilidad en sus composiciones al abordar temas que van desde el antipetrarquismo hasta los poemas de carácter religioso. No obstante, sus composiciones que más destacan son las que se mueven en la línea de lo burlesco y paródico. Por ejemplo, sus epigramas retratan la vida cotidiana de los siglos de oro y se burla de ciertas actitudes de la sociedad, sobre todo de las mujeres, destacando su físico y su moral ya que el prototipo de la mujer descrita por Alcázar será la de una persona sin escrúpulos.