Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
El autor, hijo de una rica familia de Zúrich, escribió esta obra pocos meses antes de morir de cáncer a los treinta y dos años. Publicado originariamente en 1977, el resultado fue un análisis lúcido y despiadado del concepto de felicidad burguesa y sus relaciones con la enfermedad. Zorn daba la imagen de un joven sin problemas. Sin embargo, era incapaz de sentir, de comunicarse y de amar. Educado en un ambiente donde lo principal era eludir temas desagradables ?como los sentimientos y la sexualidad?, Zorn tuvo una existencia postergada indefinidamente y comenzó a vivir al empezar a morir. La respuesta afirmativa del editor le llegó un día antes de su muerte. En un último gesto de rechazo a su entorno, Zorn legó los derechos de autor a Amnistía Internacional. El libro vendió en Francia más de 100.000 ejemplares y la revista Lire lo proclamó mejor libro del año. La presente edición incluye textos de Rafael Conte, Félix de Azúa y Manuel Rodríguez Rivero. «Zorn ha dado a la literatura una nueva dimensión» (Jean-Jacques Brochier); «Posiblemente el libro más impresionante del último decenio. Una obra maestra» (Roland Jaccard, Le Monde); «Quisiera de todo corazón que todo el mundo leyera este libro marginal e insólito, un libro que solicita lectores intensos, y también impacientes, ya que se lee de un tirón» (Giorgio Manganelli).