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Esta Antología de santa Teresa de Jesús (1515-1582) recoge parte de su vasto epistolario. Se conservan 451 cartas suyas y 24 fragmentos sin fechar, pero son solo una parte de las que se estima que escribió entre 10.000 y 25.500, según diferentes estimaciones. Escritas en su casi totalidad cuando la autora ya había alcanzado la madurez mística y humana. Teresa dirigió sus cartas a los más diversos destinatarios: monjas, bienhechores, parientes, clérigos, obispos... incluso al rey Felipe II. De ahí que sus temas sean muy diversos. Unas cartas muy apreciadas por los historiadores dada su riqueza en información sobre el siglo XVI. La correspondencia epistolar de la santa abulense presenta su realidad más cotidiana: la marcha de las fundaciones, las preocupaciones económicas, las necesarias negociaciones... y la muestran también a ella misma. Su pluma nos desvela su salud, su estado de ánimo, su delicadeza e interés por los demás. También sus problemas familiares, sus amistades, sus temores... y su característico buen humor, quedaron reflejados en ellas. El epistolario teresiano tuvo un papel muy importante en su empresa fundacional. A través de sus cartas, la madre Teresa se hacía presente en las comunidades y se interesaba por sus problemas. Seguía aconsejando a sus seguidoras desde la distancia. Teresa deseó crear una red entre sus conventos por la que circulasen con fluidez el diálogo y la solidaridad.