Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Inquietudes, gustos, afinidades y recurrencias constituyen un relato en el que literatura, arte y vida se entremezclan de manera inevitable. Este libro empieza con el intento de reconstruir un antiguo recuerdo prestado, imposible pero fértil ejercicio de memoria, y termina con la constatación de que a veces es preferible omitir alguna verdad para que un relato resulte verosímil. Entre el uno y la otra, y en un nada estricto orden cronológico, Algún día seré recuerdo recoge una cuarentena de textos breves escritos por Marcos Giralt Torrente desde el año 2000. Son artículos y reportajes de prensa, crónicas de viaje, dietarios, semblanzas y fragmentos autobiográficos, reflexiones sobre arte y literatura, y también estampas familiares y alguna carta, que configuran un jugoso compendio de las muchas facetas que puede adoptar una vida dedicada íntegramente a la escritura.En estas páginas asistimos a una memorable clase práctica de autodefensa con una pistola de agua; vemos a José Bergamín de niño en una exposición en el Parque del Retiro que al parecer incluía a unos indígenas enjaulados; conocemos a la intrépida tía paterna de Marcos Giralt, refugiada en una isla de Kenia de un futuro incierto en silla de ruedas; al propio autor, ensayando la técnica del collage a la manera de Kurt Schwitters; a Sergio Pitol, entusiasta compañero de viaje en Lima; a Joe Strummer preguntando a un joven Giralt acodado en una barra: «¿Estás perdido en el supermercado?»; a Frank Sinatra perseguido por Gay Talese? Sean de encargo o no, estas piezas reflejan inquietudes, gustos, afinidades y recurrencias, y constituyen un relato con diversas subtramas en el que literatura, arte y vida se entremezclan de manera inevitable: una suerte de cara B de una extraordinaria trayectoria literaria.