Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
La memoria es la capacidad humana para evocar, reconstruir y reproducir el pasado. La memoria permanece íntimamente unida a la identidad: nos permite conocer quiénes somos "nosotros", pero también quiénes son "los otros". La memoria del poder ha erigido enfáticos monumentos, algunos todavía orgullosamente presentes en plazas públicas, mientras que otros muchos han sido olvidados o incluso demolidos al repudiarse sus contenidos y sus formas. El poder de la memoria ha sido utilizado por los regímenes totalitarios de todos los tiempos y lugares que han entendido que la forma más tenaz y sistemática de aniquilar a una cultura es precisamente borrar por completo sus recuerdos. En este libro se reflexiona sobre el culto a la memoria, sobre la ética y la estética de la memoria. Las transformaciones sucedidas en la conciencia universal nos llevarán a constatar los cambios experimentados en el arte de la rememoración que han provocado una total inversión de categorías: frente al monumento se propone hoy el contramonumento; frente a lo heroico, lo antiheroico; frente a la celebración de la victoria y la gloria se invoca el trauma y la opresión; frente a la glorificación de los héroes se alza el reconocimiento a las víctimas. Estos sustanciales cambios en la cultura de la memoria se detectan especialmente en sociedades que realizan tránsitos de dictaduras a sistemas democráticos o en lugares sometidos a conflictos armados, guerras o vulneraciones de los derechos humanos. Pero es un proceso que también afecta a los viejos continentes sumidos en el lánguido bostezo de sus democracias consolidadas. Así podremos comprobar cómo la memoria es una sustancia viva, cambiante y fugitiva que muchas veces provoca reacciones encontradas que oscilan desde la identificacióny la exaltación de la memoria hasta su olvido o incluso su destrucción iconoclasta.